Un gusano con corteza cerebral 

 

 

El hallazgo revela que la materia gris es bastante más antigua 



EL PAÍS / España

Madrid - Sin corteza cerebral -la materia gris- el ser humano sería menos humano, ya que el arte, la literatura y la ciencia no existirían si esta fascinante parte del cerebro humano no hubiera emergido en algún antepasado menos inteligente en tiempos prehistóricos. 

Investigadores del Laboratorio Europeo de Biología Molecular han descubierto que existe una contraparte de la corteza cerebral en un invertebrado, el gusano marino. El hallazgo da una idea de cómo eran los núcleos cerebrales más antiguos y cómo los utilizaban nuestros ancestros más primitivos.

El gusano marino Platynereis dumerilli es un primo muy lejano del ser humano, ya que el último ancestro común vivió hace 600 millones de años. “Se pueden sacar asombrosas conclusiones de este descubrimiento”, explica Detley Arendt. “La materia gris es mucho más antigua de lo que pensábamos, probablemente tan antigua como los animales superiores

 

========================================================================

Gusanos marinos con un cerebro humano

  • Un gusano marino posee las mismas estructuras cerebrales que un humano
  • Son las que corresponden a nuestra corteza cerebral: aprendizaje, conciencia...
  • Pueden almacenar recuerdos para tomar decisiones adecuadas en el futuro
  • RTVE.es 05.09.2010

    Un equipo de científicos ha descubierto estructuras cerebrales relacionadas directamente con el cerebro humano en un gusano marino, según un estudio publicado en la revista Cell.

     

    El descubrimiento explica que los orígenes del cerebro humano se pueden remontar hasta hace 600 millones de años, cuando compartimos un ancestro común con esta especie, Platynereis dumerilii, un pariente del gusano común.

    "Estos gusanos se construyen sus nichos, exploran el medio activamente para buscar alimentos y muestran signos de comportamientos aprendidos", señala Raju Tomer, autor principal del estudio, en Discovery News.

    Tomer, junto a sus colegas del Laboratorio Biológico Molecular Europeo (EMBL), sospechan que otros invertebrados, como insectos, arañas o crustáceos, también poseen este tipo de estructuras cerebrales -órganos de champiñón-, que corresponden a nuestra corteza cerebral, la parte de nuestro cerebro relacionada con la memoria, el aprendizaje o la conciencia, entre otros.

     

    Funciones básicas

    Una de las explicaciones, según Detlev Arendt, co-autor del estudio, es que el fondo marino debía contar con diversas fuentes de alimentos, y para que estos organismos pudieran explorarlos habría sido "ventajoso la evolución de un cerebro que fuera capaz de integrar diferentes olores para distinguir lo que es buena y mala comida".

    Este primer 'pre-cerebro', según los científicos, consistiría en un grupo de celulas que recibían y procesaban información muy básica sobre los alimentos y el medio ambiente.

    La estructura puede haber permitido que nuestro antepasados reptaran por el fondo del mar para identificar las fuentes alimenticias, avanzar hacia ellas e integrarlas como experiencias aprendidas. "Estos recuerdos almacenados luego forman la base para tomar decisiones adecuadas en el futuro", considera el científico.

    Almacenaban recuerdos para tomar decisiones

  • Aún así, el científico duda que los invertebrados piensen y sienta igual que los humanos, por el tamaño de sus cerebros y porque no tienen "la increíble cantidad de neuronas presentes en el cerebro humano", concluye Tomer.

Recreación del cerebro de una larva de Platynereis (en verde) y los genes activados.- EMBL

Cerebro del gusano de mar



El gusano marino Platynereis dumerilli es un primo muy lejano del ser humano, ya que el último ancestro común vivió hace 600 millones de años. "Se pueden sacar dos asombrosas conclusiones de este descubrimiento", explica Detley Arendt, que dirigió el estudio. "En primer lugar, la materia gris es mucho más antigua de lo que pensábamos, probablemente tan antigua como los animales superiores. En segundo lugar vemos que apareció como una adaptación de la vida marina primitiva en los océanos del Precámbrico".

La antigua estructura común a los gusanos y los seres humanos fue seguramente un grupo de células densamente agrupadas, que recibían y procesaban la información sobre los olores y controlaban directamente la locomoción. Pudo permitir a las criaturas que se arrastraban por el fondo del mar identificar fuentes de alimentación, acercarse a ellas e integrar experiencias previas en alguna forma de aprendizaje. "La mayoría de los expertos creían que las estructuras de los invertebrados y de los seres humanos surgieron de forma independiente durante la evolución, pero hemos probado que seguramente no fue así", explica Raju Tomer, que diseñó el experimento. Y Arendt concluye: "La historia de nuestra corteza cerebral debe de ser rescrita".

Tomado de:

El País (Ciencia)

 

 

 

 


   cortesia de :Apontech.com